Hija de Lord Byron, Ada Lovelace se dejó atrapar por las matemáticas y se adelantó a su tiempo.
Ada Lovelace fue hija del poeta inglés Lord Byron y de Annabella Milbanke, a quien su marido literato llamaba “princesa del paralelogramo” por su afición a la geometría y las matemáticas. Sus padres se separaron cuando ella tenía dos meses y Ada, que se quedó con su madre, nunca llegó a conocer a su padre pues este se marchó de Inglaterra y murió en Grecia ocho años después. El apellido por el que es conocida viene de su matrimonio con William King, conde de Lovelace. Considerada como la primera programadora en la historia de la informática, Ada Augusta Byron –luego Lovelace– (1815-1852) fue una mujer especial en plena época victoriana. Tuvo la suerte de tener una madre rica y poco convencional, de la que heredó la pasión por las matemáticas, y pudo estudiar en la Universidad de Londres y frecuentar a figuras de la ciencia y del arte, como Faraday o Dickens.
El primer lenguaje de programación
Su gran momento llegó al conocer al matemático Charles Babbage, que había diseñado una máquina analítica que debía funcionar con los mismos principios que los futuros ordenadores –y que nunca llegó a construirse–. Impresionado por el talento de Ada, que entendió sus ideas a la primera y escribió un plan describiendo los pasos para calcular los valores de los números de Bernoulli, Babbage la reclutó como ayudante, pero la boda de ella a los 20 años con William King, conde de Lovelace, y el nacimiento de sus tres hijos la apartaron durante unos años de la investigación.
Luego reanudaron la tarea en común y Ada inventó una notación para describir algoritmos en la máquina de Babbage, creando así el primer lenguaje de programación. Tuvo que firmar sus trabajos con sus iniciales A. A. L., para que no la censuraran por ser mujer. A los 36 años enfermó de cáncer y fue tratada con opiáceos e hipnosis, pero nunca se recuperó y murió un año después. En 1979, el Departamento de Defensa de EE UU desarrolló un lenguaje de programación que llamó “ADA” en su honor.
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